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:: TEXTOS DESDE GRECIA ::


 

Ofrecemos en esta secci�n una serie de textos traducidos del griego
realizados por compa�erxs de distintos colectivos organizados en Grecia
tras los acontecimientos de la insurrecci�n popular


Solidaridad con Konstantina Kouneva.

Asamblea solidaria con Konstantina Kouneva [1-1-2009]

Hoy, 27/12, ocupamos las oficinas centrales del Ferrocarril Atenas-Pireo como una primera respuesta frente a la agresi�n asesina con �cido que recibi� en la cara Konstantina Kouvena el 23/12/2008 cuando volv�a del trabajo. Konstantina est� ingresada en estado cr�tico en la UCI del Hospital Evangelismou con serios problemas en la vista y en el aparato respiratorio.

�Qui�n es Konstantina? Y, �por qu� fue agredida?
Konstantina es una de las centenares de trabajadoras inmigrantes que trabaja desde hace a�os como limpiadora, para una subcontrata. Es Secretaria General de la Uni�n Provincial de Limpiadores/as y de Personal Domestico, luchadora sindicalista, conocida por sus posturas por muchos patrones. Mismamente, la semana pasada tuvo un conflicto con la empresa �OIKOMET�, al reivindicar el cobro �ntegro de la paga de Navidad para ella y sus compa�eras, denunciando las irregularidades en torno al sueldo. Anteriormente su propia madre hab�a sido despedida de la empresa a modo de venganza, ella misma hab�a sufrido traslado forzoso a la estaci�n de Marousi (muy alejada de su lugar de residencia), todo al mismo tiempo que hay pendiente un encuentro en Inspecci�n Laboral, para el 05/01/2009, tras la denuncia que realiz�. Hechos para nada desconocidos en el entorno de las empresas de limpieza y de les trabajadores subcontratades. Al contrario�

Los retrasos en los contratos, los jornales robados, las horas extras no pagadas, la diferencia entre lo que firman les trabajadores y lo que realmente reciben, la elecci�n casi exclusiva de inmigrantes (mujeres y hombres) con permiso temporal de trabajo para poder mantenerles en r�gimen de secuestro, la ausencia de cotizaci�n a la Seguridad Social, siempre con el encubrimiento del sector p�blico y de los grandes sobornantes, que conocen, encubren y refuerzan las medievales relaciones laborales, componen la regla general en el sector de limpieza.

De forma especial en �OIKOMET�, empresa de limpieza a nivel nacional, subcontratante de trabajadores, propiedad de Nikita Oikonomaki, miembro del Partido Socialista Griego, que da trabajo �oficialmente� a 800 trabajadores (les cuales hablan al menos de una cifra doble; y en los �ltimos tres a�os han trabajado mas de 3000), las ilegalidades suponen la regla diaria. M�s en detalle, les trabajadores son obligados a firmar contratos en blanco, los cuales nunca llegan a sus manos. Trabajan 6 horas y les pagan s�lo 4,5 (sueldo y cotizaci�n) para no superar las 30 horas y no estar as� obligados a un costo m�s elevado por empleado. Atemorizan, realizan traslados forzosos, despiden y chantajean para conseguir bajas voluntarias (una trabajadora fue amenazada por la empresa, retenida durante 4 horas en una sala de la empresa hasta que firm� su renuncia). Los jefes montan una corporaci�n empresarial donde incluyen a todes les empleades, a la vez que despiden y contratan seg�n les parece, no dando margen a la comunicaci�n y a la acci�n colectiva.

Pero, �qu� relaci�n tiene �OIKOMET� con el Ferrocarril Urbano Atenas-Pireo?
OIKOMET se ha responsabilizado como subcontrata de la limpieza del FUAP (as� como de otros organismos y empresas p�blicas) puesto que puede y �ofrece� el paquete m�s econ�mico con las m�ximas condiciones de explotaci�n y subestimaci�n del trabajo. Tal r�gimen de �oferta y demanda� se ha organizado en torno a los organismos p�blicos, uno de los cuales es el FUAP. FUAP es c�mplice del mantenimiento de este r�gimen de explotaci�n salvaje, a pesar de las repetidas denuncias realizadas por parte de la Uni�n de Trabajadores.

La agresi�n asesina contra nuestra compa�era ten�a un car�cter vengativo y ejemplificador. El objetivo no fue casual: mujer, inmigrante, sindicalista activa, madre de un menor� por tanto, una presa f�cil a los ojos de la patronal. El m�todo no fue casual: proviene de �pocas m�s �oscuras�, tratando de marcar, de dar ejemplo y de atemorizar. El momento no fue casual: al mismo tiempo en que los mass-media, partidos pol�ticos, iglesia, empresarios y l�deres sindicales intentan tergiversar el movimiento y el estallido social, en que el asesinato a sangre fr�a del joven Alexandros se transforma en una bala de rebote, la agresi�n a Konstantina pasar�a desapercibida, y por ello ahora lo pasamos a primer plano.

La asesina agresi�n empresarial fue cuidadosamente estudiada. Konstantina es una de nosotres. Su lucha por la dignidad y la solidaridad es nuestra lucha. La agresi�n a Konstantina nos ha apuntado a todes: en nuestra memoria, desde los pogrom racistas, los campos de concentraci�n, los ataques de paraestatales, los accidentes laborales, los asesinatos de Estado, las condiciones laborales de galera, los despidos y la atemorizaci�n� mostrando el extenso recorrido de la lucha social/clasista.

En nuestro coraz�n, que se inunda de pena y rabia y que nos deja s�lo una frase:
Los asesinos lo pagar�n.
El terrorismo patronal no pasar�.


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Recopilaci�n de textos realizados por la Asamblea de la Faculatad de Econ�micas ocupada en Atenas (ASOEE).
 

La revoluci�n se realizar� con precisi�n de manual.

El asesinato de Alexandros Grigoropoulos el 6 de Diciembre desata enfrentamientos generalizados. La gente reacciona de la �nica manera que se puede responder ante un asesinato estatal: atacando. El lunes lxs estudiantes atacan masivamente al parlamento y a comisar�as de polic�a. Cinco d�as despu�s los enfrentamientos incesantes muestran que lxs que todav�a dicen que se trata simplemente de una venganza son ingenuxs. Este asesinato no fue accidental, era posible. Como posible debe ser una reacci�n cuando te ves obligadx desde tus cinco a�os a pasar por rejas y puertas con apertura autom�tica. As� porque si listx para enfrentarte a las cargas escolares, contin�as acostumbr�ndote b�sicamente a la angustia del rendimiento, de la calificaci�n de cada curso y de los ex�menes sin aviso. Con grandes expectativas desde el entorno familiar y con la discriminaci�n entre buenxs y malxs, extranjerxs y griegxs, empollonxs y tontxs, forman tu psicolog�a y el modo de comunicarte con lxs dem�s. Despu�s te revelan que todo eso no es suficiente. Tu tiempo tiene que concentrarse y tu cabeza estallar. Empieza el aprendizaje de idiomas extranjeros, las academias, ECDL. El tiempo libre �se traslada� a la noche y se realiza dentro de la casa. Es imposible hacer todo esto si no estas convencidx de dos cosas: disciplina y obediencia, hacia el profesor que tiene la responsabilidad de tu educaci�n y hacia tus padres que tienen que hacerte �hombre/mujer� �til y productivx para la sociedad. Si todo eso no lo consigue la escuela en doce a�os, lo intentar� la r�gida jerarqu�a del ej�rcito.

Cuando ya eres disciplinadx, obediente y has recibido la formaci�n tecnol�gica o universitaria que te har� una herramienta �til en las manos de tu patr�n, sin muchas cavilaciones, lo comprar�s todo: tu salud, tu casa, tu seguridad, tu diversi�n, tu propio trabajo, con obediencia, disciplina, con dinero, con tu voto, vendi�ndote, agachando la cabeza mientras maltratan y matan a tus compa�erxs obrerxs, estudiantes, inmigrantes o estudiantes universitarixs. Deber y autoritarismo, austeridad, cualificaci�n continua, conformidad compulsiva � una ense�anza en la cual el pensamiento se asfixia y no puede ense�ar nada m�s que la subordinaci�n y la seguridad que ofrece la barbarie del estado y de los que tienen el poder. Queremos una vida que se base en la creatividad, no en la compulsi�n, la culpabilidad y la dependencia. Queremos que la educaci�n se base en el placer y la pasi�n. Queremos hablar igualitariamente y directamente en plazas, calles, �mbitos laborales, anfiteatros, aulas y patios, aprovechando el tiempo para sacar una conclusi�n y no para el traspaso de opiniones y decisiones. Que nuestra existencia f�sica o social no se delegue de forma indirecta en pol�ticxs y partidos, profesorxs y expertxs, periodistas y medios de comunicaci�n masivos, patronxs y curas. Queremos que eso no pase ma�ana, sino que pase hoy. Que lo que queremos nosotrxs y lo que quer�is vosotrxs se unan a trav�s de la solidaridad. �Vosotrxs que quer�is?

EL TEDIO CREA VIOLENCIA Y LA FEALDAD DE LOS EDIFICIOS CREA VANDALISMO
INICIATIVA DE LOS OCUPANTES DE LA UNIVERSIDAD ECON�MICA DE ATENAS


Reflexiones revolucionarias sobre la insurrecci�n en Grecia.

Si no me quemo yo
Si no te quemas t�
Si no nos quemamos nosotros
�Como vendr� el brillo de la oscuridad?
(Nazim Hikmet "Como Kerem")

estamos aqu�
estamos a todos lados
somos
imagen del futuro
 


Con el miedo en los dientes, los perros gritan: Vuelvan ya a la normalidad, se acab� la fiesta de los locos. Los fil�logos de la asimilaci�n ya han empezado a desenterrar sus caricias afiladas. "Estamos dispuestos a olvidar, entender, cobrar el desorden de los d�as pasados, pero ahora, que se sienten bien, porque si no, vamos a traer nuestros soci�logos, nuestros antrop�logos, nuestros psiquiatras. Como padres buenos, hemos tolerado vuestro estallido sentimental con paciencia. Miren ahora c�mo est�n vac�as las aulas de las escuelas, las oficinas, los escaparates. Ha llegado la hora de volver, y quien se niegue a cumplir este deber sagrado, ser� golpeado y estudiado socio- y psicol�gicamente. Esta pregunta circula por la ciudad. "�Est�n en vuestras plazas?".

La democracia, la armon�a social, la unidad nacional y todos los grandes abrazos que huelen a muerte ya nos est�n esperando�

El poder (desde los padres hasta el gobierno) intenta no s�lo reprimir la revuelta y su generalizaci�n, sino tambi�n producir una relaci�n de sumisi�n y subjetivaci�n. Una relaci�n que determinara la vida pol�tica como una esfera de cooperaci�n, compromiso y consentimiento. "Pol�tica es la pol�tica del consentimiento. El resto es guerrilla, disturbios, caos". Aqu� una traducci�n de lo que nos est�n diciendo. De su esfuerzo de negar la sustancia de cada acci�n y separarnos, aislarnos de lo que podemos hacer. No hacer uno de los dos, si no dividir una y otra vez uno en dos. Los mandarinos de la armon�a, los baronos del silencio � orden � seguridad nos invitan a ser dial�cticos. Pero estos juegos son demasiado viejos y su miseria se ve en las barrigas podridas de los sindicalistas, en los ojos descolorados de los intermediarios, que, como si fueran aves de rapi�a, se instalan sobre cualquier negaci�n, cualquier pasi�n por lo real. Les vimos en Mayo, los vimos en L.A. y en Brixton, les estamos viendo hace d�cadas comiendo lo poco que queda de los huesos de la revuelta del Polytecnico. Les vimos otra vez ayer que, en vez de convocar una huelga general, se inclinaron adelante de la legalidad y cancelaron la manifestaci�n de la huelga. Porque saben muy bien que el camino para la generalizaci�n de la revuelta pasa por medio del terreno de la producci�n. Pasa por la ocupaci�n de los medios de producci�n de este mundo sofocante.

Ma�ana vendr� un d�a del que nada es seguro. �Y qu� podr�a ser m�s liberador despu�s de tantos a�os de seguridad? Un tiro fue capaz de interrumpir una serie de tantos d�as iguales la una a la otra. El asesinato de un ni�o de 15 a�os fue el momento de un desplazamiento capaz de tirarlo todo abajo. El desplazamiento del simple tr�mite de otro d�a m�s al punto en que tanta gente pens� al mismo tiempo "ya est�, se acab�, todo tiene que cambiar y somos los que lo van a cambiar". Y la venganza por la muerte de Alexis se volvi� una venganza por cada d�a que estamos obligados a vivir en este mundo. Y lo que parec�a tan dif�cil, salio tan f�cil.

Esto es algo que ya ha sucedido, algo que ya tenemos. Si hay algo que da miedo, eso es la vuelta a la normalidad. Porque en las calles destrozadas y saqueadas de nuestras ciudades brillantes, no s�lo vemos los resultados de nuestra rabia, sino la posibilidad de empezar a vivir. Ya no tenemos nada m�s que hacer, que instalarnos sobre esta posibilidad, convirti�ndola en una experiencia vivida. Aterrizando en el terreno de la cotidianidad nuestra creatividad, nuestra fuerza de cumplir nuestros deseos, la fuerza de no s�lo pensar en, sino tambi�n construir lo real. Esto es nuestro espacio vital. Todo el resto es muerte.

Quien quiere entender, entender�. Ahora es el momento de romper las celdas invisibles que nos inmovilizan a cada uno de nosotros, a sus vidas peque�as y miserables. Y eso no s�lo o necesariamente requiere atacar a comisar�as y quemar grandes almacenes y bancos. El momento en que uno abandona su sof� y el pensamiento ap�tico de su propia vida y sale a la calle para hablar y escuchar, dejando detr�s suya, espont�neamente, cualquier cosa privada, contiene, en el terreno de las relaciones sociales la fuerza desestabilizadora de una bomba nuclear. Y eso porque la fijaci�n de cada uno de nosotros a su mundo peque�o, est� ligada a las fuerzas de atracci�n del �tomo. Las fuerzas mismas que hacen el mundo capitalista girar. Esto es el dilema. Si no estas con los insumisos, estas s�lo. Y �sta es una de las pocas veces que un dilema puede ser tan absoluto y tan real al mismo tiempo.


Ideas dispersas desde el brillo eterno de una mente despejada.

En estos d�as todxs vivimos una sublevaci�n. Una sublevaci�n que nos ha superado en muchos sentidos. No est�bamos preparadxs para esto. Nadie lo estaba. La cuesti�n es qu� haces en este concreto momento. Para todas las personas que llevaban a cabo formas de resistencia ya antes de la fecha del pasado s�bado ha llegado la hora de actuar de forma inmediata. Muchxs de nosotrxs hemos derrochado interminables horas de nuestras vidas en asambleas y charlas, visualiz�bamos desde anta�o otro mundo. Este mundo lo present�bamos a trav�s de nuestras acciones y de nuestro discurso pol�tico y lo resum�amos en nuestras propuestas hacia la sociedad. Ha llegado la hora de hacer realidad estas propuestas, en tanto en cuanto es posible. La sublevaci�n est� ocurriendo ahora, las cosas toman forma de manera din�mica. Puede que  no tenga exactamente las caracter�sticas que queremos, pero tenemos que actuar. En cualquier caso, tampoco la sociedad previa a la sublevaci�n ten�a la forma que quer�amos. Y sin embargo actu�bamos. Esta juventud que ha salido a las calles y que ha echado por tierra  todo a su paso, es la juventud apolitizada que todxs insult�bamos por su apat�a. Puede que tras sus acciones no exista ning�n trasfondo pol�tico. Pero a pesar de que no estamos completamente de acuerdo con sus pr�cticas, sus acciones son extremadamente pol�ticas; simplemente no han conseguido todav�a justificarlas pol�ticamente. El enfrentamiento  puro, rabioso, sincero y sin compasi�n al sistema es, sin lugar a dudas, una acci�n pol�tica. Porque "imagen tuya soy sociedad y a ti me parezco".

En este momento queremos conseguir la generalizaci�n de la revuelta. El tema es c�mo lo conseguiremos. La sociedad, en este concreto momento, la componen dos partes. La primera se subleva y pide algo diferente, pide vida, demanda y toma la vida. La otra, la mayoritaria, que est� todav�a sentada en el sof�, enfrente de la televisi�n, alimenta su mente con m�s veneno que nunca. Este �ltimo grupo de  personas no va a salir a la calle porque mantiene su normalidad, mantiene sus cadenas incluso en estos momentos de sublevaci�n. Y esto  sucede mediante el trabajo. Desde el momento en que existen las ocho horas que mantienen a las personas en los despachos y las dirigen despu�s, cansadas, a un sof� para convertirse en un producto consumible del poder y de los medios de comunicaci�n, la generalizaci�n no llegar� nunca. Incluso nosotrxs mismxs marchamos a  nuestros trabajos para regresar despu�s a la lucha. As� que el  trabajo... Este constituye el supremo factor represivo de este sistema. Su piedra angular. Y esto sucede porque est� conectado con la  producci�n.

Habitante de la Facultad de Econ�micas (ASOEE)


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